Croquetas. Sólo eso.
Claro que decir que nos dedicamos a hacer croquetas difícilmente le servirá a nadie para formarse una idea cabal de nuestra labor y de la pasión que nos anima. Hoy en día hay, repartida por el mundo, mucha gente puesta a hacer croquetas. Y no, definitivamente, lo que nosotros hacemos no es lo mismo. Así que lo expresaremos de otra manera: En el Tortuga no hacemos, no queremos hacer croquetas. En el Tortuga nos hemos propuesto hacer... Milagros. Sí, hermanos, milagros. Ya que estamos, mejor en mayúsculas: MILAGROS. Tomados uno a uno, quienes trabajamos en esta casa por descontado que no somos ejemplares en nada; más bien al contrario. Pero todos juntos, y en materia de croquetas, queremos ser santos. Quiero decir, SANTOS. Y hacer milagros, claro está. O sea, MILAGROS,. Milagros de sabor abrumador y textura casi líquida que llenen de emoción los sentidos, y, de camino, la memoria de quien coma.
A eso nos referíamos con lo de la pasión que nos anima. Y para eso trabajamos: para que quien le hinque el diente a nuestras croquetas no tenga más remedio que preguntarse acto seguido -MILAGRO- si no son las mejores que ha probado en su vida... Y para oír, a cada bocado, la voz de su conciencia contestando como una novia enamorada contestaría. Ni más ni menos, para eso trabajamos.